Tercera semana de socialización entre conejos.

Este es el punto donde ya saben que está el otro, ya saben cómo huele y ya saben cómo actúa más o menos. ¿Y ahora qué? Después de haberlos juntado en pequeños espacios y ver que se soportaban, decidimos agrandar ese espacio: el terreno de Mico (música de película de miedo).
Hemos ido abriendo el espacio conjunto para que lo compartan, entrando en terrenos en los que Mico es el rey. Justo por eso nos dimos cuenta que era un error tener la caja de él (el Mico castle) para compartir: esa casita es su refugio y mejor que ella no se acerque. Nos quedó claro con el primer gruñido. Así que han tenido espacio para corretear, explorar, encontrarse, rehuirse, olerse, saltar, relajarse…y eso, reflexionándolo, nos ha hecho pensar que están mucho mejor de lo que creemos. Todavía no se quieren, pero están más o menos cómodos el uno con el otro.
La prueba de fuego fue compartir comida: pusimos en un bol el pienso (que pensamos que tiene droga por lo locos que se vuelven con él) y lo acercamos al suelo para que lo compartieran. Esperábamos escenas propias de una película de Tarantino, pero no. ¡Pero no! Cada uno de manera natural escogió un lado del bol y simplemente comieron. Chocaban sus pequeñas cabecitas agachándose a coger la comida, pero nada de violencia. ¡BIEN!<

¿Hay conflictos entre ellos?

¿Cuándo vienen los conflictos? Básicamente cuando Mico quiere. Ahora mismo mientras estoy escribiendo, ella está «haciendo la bola» durmiendo y él se acerca por detrás y la huele -a través de la verjita- y no pasa absolutamente nada, ella no se inmuta. Pero cuando es al revés la cosa cambia, Mico no acepta muy bien esas pequeñas sorpresas de tener a alguien oliéndole sus partes traseras, así que se levanta de un bote y se lo hace saber a ella. Afortunadamente la cosa no pasa de ahí, es más un «oye, no te pases con la confianza» que un «no me gustas». De hecho, a él lo notamos ya más cómodo.
Ayer mismo se tumbó de lado de un bote -posición que indica que está totalmente confiado- estando ella cerca y, además, parece que busca quedarse en las zonas donde estamos con Lala. ¡Incluso el otro día nos pareció ver que le daba un besito! (pero igual nos lo imaginamos, no lo tenemos claro aún).

En resumen, esta semana está siendo de afianzamiento. La socialización está yendo bien, Lala ya se siente más cómoda con nosotros. Nos ha dado los primeros besitos, aunque ella no es de manos: los da en el pantalón o en la nariz de su papinejo. Con el ambiente -se tumba absolutamente donde le place y no se asusta con casi nada- y con su compi de piso. Y Mico ya se va haciendo a la idea de que le toca compartir, ha llegado su momento de madurar y seguir hacia adelante. Veremos qué nos espera en la próxima semana…
Recuerda que:

  • Evita zonas conflictivas: casitas, cajas o zonas que sean «exclusivamente» de uno de ellos.
  • Intenta que compartan cosas buenas como la comida preferida, así se huelen y asocian cosas positivas a la presencia del otro.
  • Dale mimos a los dos a la vez e intenta que estén pegados el uno al otro mientras lo haces. Como con la comida, asociarán algo positivo al olor del otro.

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