Está al frente de Pelitos Felices, un servicio de canguro a domicilio tanto de gatos como de conejos. Porque según nos cuenta ella «los gatos y los conejos tienen en común que son animales de costumbres que se estresan con facilidad y no les gustan nada los cambios. Una simple salida al veterinario para ellos ya es un problema. A esto hay que añadir que actualmente no existen residencias especializadas para gatos o conejos. Hay muchas residencias para perros que pueden aceptar otras «mascotas» pero desde luego no están acondicionadas para ellos. Por todo esto decidí hacerme canguro de estos animalitos. Mi labor es ir a visitar a los pequeños cuando sus dueños se ausentan por trabajo o por placer.»
«En cada visita hago un reportaje fotográfico para informar al dueño de palabra y de forma visual como se encuentra el pequeño»
Así que Laura acude a las casas de las maminejas o papinejos y está pendiente de que todo esté bien. Nos cuenta: «Hago dos visitas diarias, una por la mañana temprano y otra por la tarde noche. En las visitas pongo comida y agua -en caso de los cones repongo heno y pongo un poquito de pienso a la hora que el dueño me diga que suele comer- limpio la jaulita y juego con ellos. En caso de que los tengan en jaulita cuando están solos se las abro para que correteen y estiren las patitas.. No pongo tiempo máximo a la visita, cada animal es un mundo y tiene diferentes necesidades. En cada visita hago un reportaje fotográfico (me encanta hacer fotos) para informar al dueño de palabra y de forma visual como se encuentra el pequeño.» Lo suyo es pura dedicación y amor por los animales, cualidades que buscaríamos en el canguro de conejos, la persona a la que le confiemos a nuestros peludines.
Es verdad que si pensamos en que cuiden de nuestros peludines, pensamos en dejarlos en casa de alguien, pero como bien nos comenta Laura, «si es un cone puedo hacer la excepción pero con gatos es imposible ya que los míos no son muy sociables con felinos del exterior. Si puede ser prefiero desplazarme yo al domicilio, primero porque así el peludito está en su casa y, aunque va alguien que no es su dueño a cuidarlo y ponerle comida, el está en su habitat y no se estresa (o se estresa en menor medida que si lo llevas a un terreno que no es el suyo). Además, aunque mis gatos están acostumbrados a convivir con conejos y no son agresivos pero al fin y al cabo son gatos y no me gustaría llevarme un disgusto con ningún cliente.»
Está claro que en cualquier momento de nuestras vidas vamos a necesitar una ayuda para hacernos cargo de nuestros compis de piso: vacaciones, salidas imprevistas, momentos de mucho estrés familiar…y dado que prescindir de ellos es absolutamente impensable, siempre es bueno tener este tipo de alternativas a mano. Agradecemos a Laura y su proyecto Pelitos Felices su iniciativa y le deseamos desde aquí la mejor de las suertes y por supuesto, millones de gracias por compartir un ratito en nuestra casita virtual.