Vivir con conejos es vivir en familia. A veces la familia crece y por eso hoy hemos querido que nos cuente su historia Vane, la mamineja de Pelusa y Orejas que desde hace poquito es también la mamá de Laura. Entre pañales y tomas de leche, Vane nos cuenta cómo ha ido el embarazo y el nacimiento de la chiquitina y cómo Pelusa y Orejas -dos conejos preciosos que nos robaron hace tiempo el corazón a través de su cuenta en Instagram– se han adaptado a la nueva situación.

¡Oh, uno más en camino! ¿y ahora qué?

Es muy frecuente que, ante cualquier cambio grande, muchas personas nos cuestionen qué vamos a hacer con nuestros peludines. Como si fueran un mueble que podemos vender, donar o simplemente dejarlo en el cubo de la basura cuando no nos conviene. Así que quería saber si al conocer la noticia alguien le había planteado algo parecido a ella, Vane nos cuenta: «Cuando me enteré de que estaba embarazada en un primer momento solo se lo conté a mi entorno más cercano y la verdad que ellos en ningún momento han cuestionado lo que iba a hacer con Pelusa y Orejas (cualquiera me decía algo de eso con el genio que tengo). Además que ellos saben lo importantes que son para nosotros y lo bien que viven. Sí que alguna persona me lo ha preguntado, pero la verdad que poca gente.» Respecto al tema de la salud y los cuidados del bebé y la tan temida toxoplasmosis, nos comenta: «Por otro lado al hacerme los análisis de sangre y no haber pasado la toxoplasmosis hay que tener ciertas precauciones. En ocasiones los propios profesionales con algunos temas son un poco ignorantes, pero en mi caso en ese aspecto no lo sufrí.»

En mi entorno últimamente hay muchas mujeres embarazadas y una amiga en concreto me comentó que parecía que su gato se dio cuenta que ella estaba embarazada porque no quería ponerse encima de su barriga cuando estaba de muy pocas semanas. Me pareció super curioso, así que tuve que preguntarle a Vane por sus cones: «Al principio con Pelusa y Orejas no noté ningún cambio en ellos, pero a medida que me fue creciendo la tripa sí que noté que cuando se subían al sofá con nosotros no pasaban por encima de mí sino que hacían un rodeo para pasar.«

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Preparativos pre-llegada del bebé

«Con la llegada de la niña en casa tuvimos que cambiar a los conejos de su habitación al estudio porque esa iba a ser la habitación de la niña. Así que en marzo hicimos el cambio para que se fueran acostumbrando y que no fueran todos los cambios de golpe. A Orejas el cambio no le afectó, pero a Pelusa no le hizo mucha gracia y los primeros días rascaba la puerta para poder entrar… Pero en una semana ya se habituó a su nuevo entorno. Y cuando montamos la cuna en la habitación, ya de Laura, se metía debajo a echarse la siesta . También hicimos periodo de adaptación con el cochecito que no les hacía mucha gracia y salían asustados cada vez que lo movíamos…«

¿Cómo será convivir con un bebé y dos conejitos? Vane nos cuenta su experiencia: «Durante el embarazo tenía un poco de incertidumbre pensando si con la llegada de la niña nuestra relación con ellos iba a seguir igual o si se iban a aislar. Me comentaron el caso de un conejo que con la llegada del bebé no salía de su habitación. Así que el día que llegamos a casa del hospital lo primero que hicimos fue la presentación oficial. Les acercamos a Laura y ellos la olieron. Pelusa se metió detrás de la jaula (que es lo que hace cuando se asusta o algo no le gusta), pero a las pocas horas ya estaba a sus anchas por casa.«

¿Hay alguna precaución que seguir con ellos? «Las precauciones que tenemos con ellos es estar pendiente cuando se acercan por si se suben a ella y le hacen daño sin querer. Tener todo lo más limpio posible de pelos (justo ha coincidido que se han puesto a cambiar el pelo) y lavado de manos. Ninguna precaución más especial…ellos siguen haciendo su vida igual y la relación con nosotros sigue siendo la misma. Y Laura, de momento, no les asusta… De hecho, se pone a llorar a pleno pulmón y ellos si están a su lado ni se menean. Eso sí, algún sustillo se ha llevado Pelusa con algún pedete y estornudo de Laura y ha salido pitando.«

Mirando al futuro

Leemos muchas veces que los conejos y los niños pequeños no son una buena combinación. Sobre todo porque son animales frágiles y asustadizos y, bueno, ya sabemos que los niños pueden ser un poco intensos a la hora de querer jugar. Así que Vane piensa en el futuro educando a la pequeña Laura en el respeto: «Y cuando Laura vaya creciendo la iremos educando para que en la medida de lo posible respete a Pelusa y Orejas y se pueda enriquecer lo máximo posible de la convivencia con estos peludines tan especiales.«

No podemos más que agradecerle a la mamineja Vane que haya sacado un hueco de su preciado tiempo de relax para dedicarnos un ratito y contarnos su experiencia. Esperamos poder contar con ella para que en un futuro, cuando Laura ya tenga unos añitos, nos cuente cómo juegan Pelusa y Orejas con ella (¡o como salen huyendo al verla!) y cuánto amor se respira en esta pequeña gran familia. ¡Gracias, bonita!

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